Veía distorsión, sentía distorsión, sanaba en distorsión. Todos punzaban mis entrañas, querían salir, escapar de mí, montones de sentimientos cobardes, me rodeaban, jugaban y enloquecían en luces torbellinas. Fue la vorágine de mi alma arrancada y trizada por el cascarón que no podía romper.
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